COLUMNA MDZ: Crisis 5.0: ¿la crisis de la mediana edad?

La crisis de la mediana edad es un tema que ha sido objeto de estudio y debate en la psicología durante años. Daniela Rago, especialista en este tema, deja su mirada en su columna Mujeres 5.0 en MDZ.

Queridas Mujeres 5.0, si se sienten deprimidas, angustiadas, no saben qué hacer con su futuro, su futuro profesional y/o emocional, reflexionan sobre el pasado y lo no logrado, crisis con su pareja, hijos que se independizan, etc. Si en definitiva,   están cuestionándose la mitad de la vida, lo más posible es que estén transitando “la crisis de la mediana edad”, con o sin menopausia a cuestas. La mediana edad es aquella comprendida desde los 45 a los 65 años de edad aproximadamente, en la que muchas personas revalúan su pasado, sus relaciones y su trayectoria profesional. La creencia común sobre esta etapa de la vida es que debemos esperar enfrentarnos a una confusión interna sobre nuestra identidad, nuestras decisiones de vida y nuestra mortalidad, nuestra finitud.

El psicoanalista Elliott Jacques inventó el término «crisis de la mediana edad» en la década de 1960. Jacques observó que los pacientes entre mediados y finales de sus 30 parecían atravesar por un periodo depresivo y realizaban cambios repentinos en su estilo de vida al enfrentarse a la idea de su propia mortalidad. La crisis de la mediana edad es una realidad inevitable, algunas de nosotras y ellos también, nos enfrentamos a nuevos factores de estrés al entrar en estos años. Puede empezar por crisis corporales, de familia, arrepentimiento de la trayectoria profesional y decisiones financieras, preocuparse por el declive de sus capacidades físicas o inquietarse por los objetivos que no se cumplieron.

La mediana edad es aquella comprendida desde los 45 a los 65 años de edad aproximadamente, en la que muchas personas revalúan su pasado.

La idea de la crisis de la mediana edad puede estar determinada por ideas culturales

Es importante tener en cuenta que no todas las culturas están de acuerdo con el concepto de «crisis de la mediana edad», ni siquiera con el de  «mediana edad». La negatividad en torno al envejecimiento puede hacerle sentir desesperanza o provocarle una caída en su autoestima al llegar a la mediana edad. Es posible que se sienta obligado a reevaluar su progreso en la vida o que vea este periodo como una simple transición hacia la vejez.

Por supuesto, factores de estrés o contratiempos muy concretos durante la edad adulta también pueden exacerbar o desencadenar lo que podría considerarse la crisis de la mediana edad. Estos factores de estrés pueden incluir cambios en su salud física,  relaciones sociales, carrera profesional o finanzas. La crisis de la mediana edad hace referencia a un periodo de cuestionamiento personal, que en línea general ocurre al alcanzar la mitad de la edad y las personas sienten que ya han pasado la etapa de su juventud. Es un momento en el que experimentan una serie de cambios físicos y emocionales los cuales pueden producir estrés y ansiedad. Estas crisis no son nuevas, pero van tomando mayor importancia en la sociedad actual debido al aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población.

La crisis de la mediana edad en muchas otras culturas, en especial en occidente, pero sin embargo, en otros lugares del mundo este fenómeno no existe. Por qué, cual es la razón, una muy importante es la juventud sobrevalorada. En lugares como Japón y Asia esto no es así. La sociedad occidental tiende a enmarcar el envejecimiento físico de forma negativa, mientras que glorifica la juventud. El enfoque excesivo de la finitud y de la etapa senil que vienen acompañadas con la reducción de las capacidades físicas puede hacer que el envejecimiento parezca un panorama aterrador. Y no es difícil encontrar productos que prometen reducir las
«abominables» arrugas y canas, dando a entender que se vuelve menos atractivo con la edad.

Pero volvamos con quienes si sufren las transiciones que se experimentan en estos años, como el envejecimiento en general, la noción de finitud, la menopausia, el fallecimiento de un ser querido en el pasado o de los mismos padres, por sí solas, pueden disparar tal crisis. Es una fase personal, que se puede vivir con mayor o menor intensidad, pero es importante saber que es solo una crisis temporal y esperable. En este momento, algunas personas se sienten decepcionadas por la vida que han llevado con
respecto a diferentes temas como el trabajo, el estudio o la relación de pareja, afectivas, por lo que algunas de ellas sienten confusión interna y externa. Esta crisis puede llegar a cuestionar sus principios, valores, motivaciones, relaciones, es decir, cuestionar toda su vida anterior la cual es puesta en duda.

Cambios que pueden desencadenar una crisis de mediana edad

Afecta de manera diferente a los hombres y a las mujeres. Los disparadores de dicha crisis son diferentes para cada sexo, ya que las crisis masculinas tienen más probabilidad de ser provocadas por asuntos relacionados con el trabajo, y las mujeres, por ejemplo, debido a la menopausia.

Algunos ejemplos:

  • Fallecimiento o enfermedad de la pareja y/o envejecimiento de los padres.
  • Cambios de salud y capacidades físicas esperables para la edad.
  • Modificación de la familia, hijos se van del hogar, divorcio, o hijos que vuelven al hogar tras una separación de pareja.
  • Pérdida del trabajo, problemas económicos, no llegar a fin de mes.
  • Cambios de profesión.
  • Las mujeres experimentarán la menopausia, que viene acompañada de una serie de síntomas, con los cambios hormonales. Todo esto puede contribuir a aumentar el estrés en general.
  • Los hombres con el bajón de la testosterona se enfrentan a una importante crisis del ejercicio sexual.

¿Qué hacer para enfrentar esta crisis?

Toda crisis es oportunidad. Según la mirada que cada persona le dé a este período de crisis podrá resultar positivo o no de acuerdo a los cambios que decida realizar sobre sí mismo. El solo hecho de realizar una autoevaluación de todo lo vivido hasta el momento no tiene porqué ser algo preocupante, sino más bien una oportunidad de cambio, cambios positivos para todos los factores de nuestra vida a futuro. Según sean las circunstancias y la actitud frente a esta crisis, puede ser una época estresante y
confusa o una época de crecimiento, estabilidad y felicidad plena. Conocer y analizar las señales y las causas de la crisis de la mediana edad puede ayudar a identificar formas de controlar los factores de estrés comunes que conlleva esta etapa de la vida, así como encontrar maneras de seguir adelante, deconstruirnos, progresar, y prosperar.

Las causas de la crisis de la mediana edad puede ayudar a identificar formas de controlar los factores de estrés comunes.

Antes que nada debemos estar atentos a los siguientes indicios

Profunda tristeza y arrepentimiento, Inquietud y soñar despierto. Irritabilidad, nostalgia por lo que ya fue o idealización del mismo, aburrimiento, estrés, comportamiento impulsivo frente a sentimientos de insatisfacción, aumento o descenso del deseo sexual, deseo de cambios de forma de vida como radicarse en el exterior, comprar una nueva casa. También aparecen cuadros de profunda depresión y momentos de angustia interminables. 

Atención con los cambios físicos

Puede que ya no se sientan tan ágiles como antes. Incluso puede ser más propenso a las enfermedades o que le hayan  diagnosticado alguna afección como presión arterial alta. Estos cambios físicos pueden desanimar o volverse muy temeroso ante el futuro.

Los hombres pueden experimentar una disminución gradual de la testosterona a medida que superan los 40 años de edad. Un bajo nivel de testosterona puede provocar síntomas angustiosos como depresión, bajo deseo sexual, disfunción eréctil y dificultad para dormir. Y en las mujeres con la menopausia (Entre otras cosas eh, no sería la única) también se enfrentan con arrebatos de irritación, cambios hormonales, sofocos insoportables, falta de sueño, y la lista puede ser larga o corta según como nos  enfrentemos a esta etapa. En línea general, as mujeres suelen tener necesidades de cuidado, comprensión, respeto, reafirmación y tranquilidad; mientras que a los hombres necesitan confianza, aprecio, admiración y aprobación. 

Para transitar sanamente la crisis de la mediana edad, es necesario tener en cuenta algunos puntos importantes

  • Aceptar el cambio: el cambio es inevitable a medida que pasan los años y hacer las paces con ello es fundamental para encontrar la satisfacción en la madurez, modificando a su vez la mirada negativa sobre el envejecimiento. Un enfoque adaptativo de la vida le ayudará sin dudas a enfrentar los cambios y cultivar la resiliencia emocional.
  • Reconocer los sentimientos: reprimir las emociones aumenta el estrés y puede conducir a estrategias de afrontamiento nocivas. En lugar de tapar o negar los sentimientos, deberíamos intentar encontrar la forma de asimilarlos y procesarlos.
  • Saber que es una época reflexiva: la mediana edad es una época de reflexión sobre las oportunidades perdidas pero la oportunidad de rescatar y elevar la lista de logros hasta el momento, de decisiones y acciones acertadas. Momento para pensar en todo lo construido en vez de lamentarnos por lo no logrado. Lograr un sano optimismo frente a los contratiempos de la crisis que hoy nos convoca, son oportunidades para aprender y crecer.
La mediana edad es una época de reflexión sobre las oportunidades perdidas.

Si nos centramos solo en los aspectos negativos, encontraremos muchas razones para sentirnos infelices en la mediana edad. Es natural que cada etapa de la vida tenga sus altibajos. Por lo cual esto nos pone a prueba, ojalá podamos crear y utilizar estrategias personales para continuar nuestro camino enfocados en los aspectos positivos de la mediana edad.

Entonces

El término crisis de la mediana edad se usa para describir un periodo de cuestionamiento personal, que comúnmente ocurre al alcanzar la mitad de la edad ( 45 a 65 años ) que se tiene como expectativa de vida. La persona siente que ha pasado la etapa de su juventud y se enfrenta ante su finitud, ve por primera vez que no es eterno y el envejecimiento puede hacerlo entrar en pisos resbalosos, creyendo que nos quedamos sin tiempo para alcanzar nuestras metas y para cuestionar y reflexionar las opciones de vida.

La buena noticia que es válida aclarar: es que, si bien estas crisis están vinculadas a algo vital de la vida y son esperables en la mayor parte de las personas, la mediana edad es a menudo un tiempo de reflexión y revaloración, que aunque pueda movilizarnos, no siempre viene acompañada por los trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad. La crisis de la mediana edad es una oportunidad para crecer sanamente enfrentando los cambios de vida en forma natural y logrando una adaptación transformadora para vivir un futuro pleno goce y felicidad.